jueves, 18 de septiembre de 2008

LA CREDIBILIDAD DE LA IMAGEN Y LA VENTA INDISCRIMINADA DE FOTOGRAFÍAS

Por : Omar Torres 

Si bien con el desarrollo de la llamada carretera de la información por fin se encontró un cauce para democratizar a los medios de comunicación, paradójicamente esta herramienta también trajo consigo la posibilidad de mentir a gran escala con noticias e imágenes de dudosa procedencia.
    En los años 60 y 70, el sueño era eliminar la concentración de los medios informativos, el comercio indiscriminado de aquello que era relevante para la sociedad, y sobre todo el acceso asimétrico y sumamente desigual a la información. Eso que para algunos era una utopía se hizo realidad con Internet.
    Redes sociales que unicamente  existen en el ciberespacio y distribución masiva de datos de acuerdo a los gustos de los usuarios son sólo algunos ejemplos de este nuevo y amplio universo en el que la fotografía ocupa uno de los primeros lugares en el intercambio de información a través de Internet.
    No hay duda que mientras los fotógrafos nos admirábamos con el crecimiento exponencial de las  técnicas fotográficas en la era digital, había muchos otros, ajenos a la fotografía, que veían las mismas maravillas del progreso, pero en lo que se refiere a su fortuna personal. De ahí, el surgimiento de innumerables agencias fotográficas electrónicas y sus repentinas desaparaciones luego de la caída abrupta de lo que se llamó los “Punto Com”                                                                                                                              
Fotografia. Patricia Aridjis/ Las Horas Negras

Este fenómeno fue sucedido por la venta masiva de imágenes a través de Internet, aunque esta vez son muy pocas las empresas que tienen un compromiso real con la fotografía periodística, documental o publicitaria, mientras que son numerosas las compañías de todo tipo que obtienen grandes dividendos con material que es enviado desde teléfonos celulares o cámaras para aficionados.
    Estas imágenes pueden dar la ilusión de verse muy coloridas en la pantalla de una computadora, pero en realidad carecen de una calidad mínima, y sobre todo adolescen de lo más importante que debe tener la fotografía tanto periodística como documental: credibilidad.
    El problema se acentuó por los muchos casos de profesionales que alteraron sus fotografías con tal de ganar premios o algo de fama, e incluso algunas agencias internacionales tuvieron que hacer investigaciones exhaustivas para saber si las fotografias de sus propios fotógrafos eran cuestionables o no.
    Por todo lo anterior, hemos llegado a un punto en que la mayoría de los fotógrafos nos enocontramos sujetos a los caprichos de compañías, cuyos planes presupuestales sólo favorecen a sus mismas burocracias más que a la información o en su caso se dedican a vender historias a quienes necesitan políticamente de ellas. Total, las imágenes -no importa su calidad- se consiguen fácil.
    Si la fotografía digital nos trajo un manejo pormenorizado de la imagen para su producto final, la masificación de Internet nos puede dejar desnudos de credibilidad ante los ojos de lectores que no pueden detenerse a analizar quién es quién dentro del mercado fotográfico.
    Afortunadamente hay excepciones, es el caso del libro “Las Horas Negras” de Patricia Aridjis, quien nos lleva por un doloroso trayecto dentro de un penal de mujeres, dándonos tanto su registro inapelable de lo que “es” al estar fotografiando, como su opinión ulterior y pensada de la historia que nos cuenta. 
    El trabajo de Patricia Aridjis me hizo recordar las palabras de Susan Sontag (Ante el dolor de los demás, Ed. Punto de Lectura) con respecto al proceso de observación de la imagen: “Semejante prestidigitación permite que las fotografías sean registro objetivo y testimonio personal, transcripción o copia fiel de un momento efectivo de la realidad e interpretación de esa realidad: una hazaña que la literatura ha ambicionado durante mucho tiempo, pero que nunca pudo lograr en ese sentido literal”.
    Sólo desde nuestras imágenes honestas y desde nuestros propios proyectos, podremos recuperar parte de la credibilidad que se ha ido perdiendo por los fines mercantiles en los que han caído la mayoría de los medios periodísticos.

Omar Torres es editor en jefe de fotografía de la agencia France Presse asignado a la oficina de México. Tiene mas de 20 años coordinando y fotografiando distintas coberturas al rededor del Mundo. 
omar0311@gmail.com

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