
Hace un par de años, 11 aproximadamente cuando comenzaba a estudiar fotografía recuerdo que una de mis principales preocupaciones en aquel entonces – y lo sigue siendo ahora- era el conocer autores y fotógrafos, ver imágenes, observar trabajos o series, como suelen llamarse a los ensayos fotográficos. Los primeros fotógrafos que descubrí fueron los de la legendaria agencia magnum, algo muy de esperarse debido a la calidad, fama y prestigio que ronda a este colectivo. Pero eso me llevo a preguntarme qué fotografía se hacía en México y quiénes eran los fotógrafos de mi país. Yo tenía 16 años por aquellos días, y una mente completamente libre de prejuicios, y que si bien no tenía una gran cultura visual, valla ni siquiera una cultura pobre, ya que eran mis primeros acercamientos con el mundo de las imágenes documentales, sin embargo esto me permitía descubrir libremente a los fotógrafos y sus imágenes, y sin tener ninguna influencia que interfiriera en mi gusto personal. Cosa que hoy día agradezco demasiado. Así pues, fui encontrándome con grandes fotógrafos mexicanos que al día de hoy admiro y respeto mucho, pero dentro de ese grupo de fotógrafos hubo uno que en especial llamo mi atención, por como sus imágenes lograron transmitirme algo, conmoverme y hacerme reflexionar. Ese fotógrafo se llamaba Marco Antonio Cruz, recuerdo que uno de sus primeros libros que tuve la oportunidad de comprar fue el llamado “contra la pared” que compre por 5 pesos en el museo José Luis Cuevas. logre ubicar algunas de sus fotografías en los diarios de la jornada y en la agencia de Imagen Latina. Con el tiempo el trabajo de Marco Antonio Cruz se fue convirtiendo en una gran guía para mi formación como fotógrafo periodístico. En el año 2002 por encargo para la Agencia France Press fui asignado a tomar la fotografía panorámica desde el helicóptero de la PFP durante la última visita del papa Juan Pablo II. Al llegar al hangar de la policía, comencé a charlar con los distintos colegas de los interminables medios de comunicación que pueden llegar a cubrír un evento de esa naturaleza y al ingresar al helicóptero me llamo la atención un fotógrafo que lejos de cargar el gran equipo digital con inmensos lentes luminosos que todos llevábamos, traía una X-pan de hasselblad, cámara que llamo mucho mi atención y decidí preguntarle sobre ella y por que la usaría en una cobertura como esta y en una situación de este tipo. El respondió mis preguntas de forma muy amable, pero lo que más me sorprendió fue su ofrecimiento a que fotografíara yo con su cámara. – Me comento- - tienes un rollo, puedes usarla para que hagas fotos- - fotografías que hasta la fecha conservo, por cierto.- Al bajar de la aeronave me fui a despedir y al intercambiar los nombres supe que era Marco Cruz. Debido a mi premura por transmitir esas imágenes y la presión de la misma cobertura, no pude quedarme a charlar un poco más sobre la fotografía, había esperado por varios años un encuentro con uno de mis fotógrafos mexicanos favoritos y se dio justo el día que más presión tenía por ir a transmitir. Años más tarde pude tomar una fotografía que para mí es muy especial por lo que representa a la fotografía nacional, pues es Marco al lado del Maestro Héctor García, fue durante uno de los encuentros de fotoguanajuato donde fuimos invitados a participar.
A Marco lo seguí viendo ya en muchas ocasiones más y gracias a esta profesión hemos podido compartir buenos momentos. Hace poco tuve el honor de ser jurado en conjunto con él, en el Premio Alejandrina 2008. Quise hacer este recuento y escribir este texto, pues hoy me entero que está en Canadá para recibir el Grange Prize. Creo desde mi humilde punto de vista que es un premio de sobra muy merecido. Seguramente abra quienes no lo crean así, incluso quienes digan que no fue del todo claro o justo. Eso en los premios siempre pasa, siempre abra alguien que esté dispuesto y listo a desacreditar a los demás, y qué bueno que así sea. Lo cierto es que hay más de 20,000 votos emitidos durante nueve semanas, que no se pueden cuestionar. Pero más allá de los votos y las apreciaciones personales, están las fotografías. Finalmente lo que aquí se premio fue un trabajo fotográfico no a un fotógrafo, y creo que el trabajo de Marco Antonio Cruz tiene toda la calidad para este tipo de certámenes y reconocimientos. Durante estas últimas semanas con toda esta abrumadora carga de mails enviados diciéndote que votaras, leí varias veces y escuche decir la frase “apoyemos a la fotografía nacional”, pues gano un mexicano con un excelente trabajo y creo que eso es lo que nos debe de ocupar ahora y nada más.
En hora buena por Marco.
Hector Guerrero Skinfill/ photo-x
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